Juancito era un niño muy orgulloso por sus logros, estaba durmiendo mientras que soñaba un día único, glorioso y extraordinario. Ese día iba a debutar en su Club favorito, Manchester United. Estaba tan feliz, que no podía ni pensar en otra cosa. Juancito le comentaba a su madre que tenía miedo de fracasar, de no ser lo que ellos esperaban. Duró semanas esa preocupación.
Llegó la fecha en que debía tomarse el avión rumbo a su fama; pero, allí comenzaron sus problemas. Todo empezó cuando debía despachar su equipaje, estuvo muy bien, lo despacho, pero lo despacho a otro lado.Cuando la madre le preguntó:-¿Despachaste todo en orden? , allí se acordó, y fue corriendo a pedirles a los gerentes del aeropuerto para que le devolvieran su equipaje. Le informaron que su equipaje ya había partido hacia Roma.
Tuvo que esperar horas y horas hasta que su equipaje volviera y él pudiera tomarse su avión. Pensaba que ya no podía debutar, que llegaría tarde y no volvería a jugar en Manchester United.La madre, muy preocupada y tratando de consolar a Juancito, escuchó su teléfono móvil, y de repente, una sonrisa en el rostro de Juancito apareció.
Se escuchaba una voz gruesa y extraña, como mágica.(La voz móvil dice)-Se que perdiste tu vuelo y sé que en ese vuelo te esperaba un gran futuro. Pero no todo está perdido. Mira hacia la puerta de tu izquierda Juancito, corta y mirá, en esa puerta estaba el famoso director de Manchester.Hoy Juancito es un gran jugador, pero nunca supo quién fue el que lo llamó.
Llegó la fecha en que debía tomarse el avión rumbo a su fama; pero, allí comenzaron sus problemas. Todo empezó cuando debía despachar su equipaje, estuvo muy bien, lo despacho, pero lo despacho a otro lado.Cuando la madre le preguntó:-¿Despachaste todo en orden? , allí se acordó, y fue corriendo a pedirles a los gerentes del aeropuerto para que le devolvieran su equipaje. Le informaron que su equipaje ya había partido hacia Roma.
Tuvo que esperar horas y horas hasta que su equipaje volviera y él pudiera tomarse su avión. Pensaba que ya no podía debutar, que llegaría tarde y no volvería a jugar en Manchester United.La madre, muy preocupada y tratando de consolar a Juancito, escuchó su teléfono móvil, y de repente, una sonrisa en el rostro de Juancito apareció.
Se escuchaba una voz gruesa y extraña, como mágica.(La voz móvil dice)-Se que perdiste tu vuelo y sé que en ese vuelo te esperaba un gran futuro. Pero no todo está perdido. Mira hacia la puerta de tu izquierda Juancito, corta y mirá, en esa puerta estaba el famoso director de Manchester.Hoy Juancito es un gran jugador, pero nunca supo quién fue el que lo llamó.
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